-->

viernes, 15 de noviembre de 2013

Sevilla: color, pasión y grandeza

"Lo malo no es que los sevillanos piensen que tienen la ciudad más bonita del mundo... lo peor es que puede que tengan hasta razón".... Cuando leí esta frase de Antonio Gala ya había estado en contacto con la capital andaluza. No sé, si será cierto porque hay tantas ciudades bellas en el mundo, unas que he podido comprobar y otras aún por descubrir pero a mí, Sevilla me pareció una ciudad alegre, con mucha vida y extraordinariamente monumental, a pesar de haber sido escenario de rodajes muy conocidos, algunos como "1492: La Conquista del Paraíso" de Ridley Scott o "Lawrence de Arabia" de David Lean , no ha eclipsado a muchos grandes directores de cine.


Nada más llegar al hotel nos encontramos la primera sorpresa agradable, la habitación que teníamos reservada seguía ocupada por un matrimonio que por problemas de salud, se vio obligado a ampliar su estancia. Para compensar este incidente nos dieron una suite en otro edificio de apartamentos al lado del Real Alcázar. ¡No nos podíamos quejar de como nos acogió la ciudad! La estancia fue excepcional y disfrutamos de una magnífica terraza, donde las vistas eran espectaculares y no podíamos permanecer impasibles ante tanta belleza y patrimonio de la humanidad, por un lado, la gótica Catedral de Sevilla y asomando detrás su campanario imponente de casi mil metros de altura, la Giralda. Y por otro, los tejados que asoman tras la muralla del Real Alcázar.


Hasta el despertar fue diferente. Sentimos un sonido, algo así como un taconeo fuerte. Cuando conseguimos ser personas y despabilarnos un poco, nos asomamos para averiguar la procedencia y nos quedamos asombrados, eran coches de caballos, de los que pasean a los turistas por el centro histórico y su punto de encuentro era la puerta del Alcázar.  


Un par de días y dos buenos guías amigos, un coctel perfecto para disfrutar día y noche de todo lo bueno que aporta esta ciudad, tan extraordinaria y ambientada.  Dedicar un poco de tiempo para dar un paseo por uno de los barrios más populares es, sin duda, una opción muy agradable. Las casas señoriales del emblemático Barrio de Santa Cruz son realmente hermosas y elegantes. Si te sumerges por el laberinto de sus calles impregnadas con olor a azahar que proporcionan los preciosos naranjos que adornan, dan sombra y alegran la vista con un colorido especial.


Embriagados por su aroma descubrimos rincones excepcionalmente bellos. Me llamó la atención algo que nunca había visto y que parece ser típico en algunas poblaciones andaluzas. Son los esterones o persianas de esparto. No sólo es una forma ecológica de evitar que entre el sol por las ventanas, sino que resultan muy estéticas.


Algo que no nos podíamos perder, uno de los lugares más admirados y más antiguos de Europa. El Real Alcázar de Sevilla está formado por con junto de Palacios y jardines excelentemente conservados. La concentración de visitantes, no impide que este antiguo asentamiento romano pueda trasladarte al pasado mientras recorres y te abstraes por sus recovecos y rincones. Invita al relax con el sonido de sus fuentes y es capaz de sacarte una sonrisa enigmática mientras te pierdes por su laberinto.  


Un sitio estupendo para comer es la "Taberna Coloniales", situada en corazón de la ciudad, la Plaza Cristo de Burgos. En el siglo XX esta tasca fue una tienda de productos coloniales y hoy es un de los rincones muy popular que me dejó un buen sabor de boca. Su especialidad son las carnes a la brasa y, aquí probé por primera vez, el salmorejo servido con una tabla de jamón ibérico y huevos de codorniz. "Rico rico .... como diría Arguiñano".


Había que bajar la comida y que mejor forma para hacerlo que, caminar hasta la Plaza de España. Esta joya arquitectónica de 50.000 metros cuadrados, de inspiración renacentista, escenario de algunos rodajes y con esencia de romero, representa un abrazo de España a sus antiguas colonias.  Construida con motivo de la Exposición Iberoamericana de Sevilla de 1929, está decorada con cerámica y sus bancos, de azulejos simbolizan todas y cada una de las provincias españolas.


El paseo continúa durante una tarde fresca de otoño y, un poco después, el reflejo del Guadalquivir (río grande en árabe) delata a la Torre del Oro que, nos mira muy altiva. Esta torre albarrana de brillos dorados, se construyó por mandato del último gobernador almohade y actualmente, da cobijo a un pequeño museo naval. Cuenta la leyenda que esta torre fue testigo de los romances, lujurias y traiciones del rey Pedro I el cruel... ¡Menudo elemento..!


Y tras una noche divertida y de tapas por el barrio singular de Triana, prácticamente terminaba un idilio de dos días. Unas horas después, frente a nosotros se alzaba la Giralda y como si se tratase de un sueño...  se inclinó hacia nosotros y con un susurro, nos hizo sentir que en algún momento de nuestras vidas, volveríamos a encontrarnos....

¡Qué grandeza!

6 comentarios:

  1. Hola! Pues justo ayer comentaba yo con un amigo que tenía que conocer Sevilla, pues no conozco Andalucía. No, no es verdad, ¡conozco la estación de autobuses de Algeciras y La Línea de la Concepción! Leyendo tu post me dio ganas de comprarme un billete ya!

    ResponderEliminar
  2. Gracias por tu comentario Pedro. Me alegro que te haya gustado... Muy chula tu web.
    Te sigo en FB

    ResponderEliminar
  3. Yo lo viví también como un lugar con duende, ¡que luz!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Oooouhhhyeah! y no me había percatado de tu comentario... este reporte tiene un x1000 en el dinamizador del ranking!

      Eliminar
  4. Precioso Belén!!! Yo también espero que algun día volváis

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias wapisssima!! Me alegro mucho de que te haya gustado, fuiste una gran guía amiga mía!!

      Eliminar