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domingo, 22 de diciembre de 2013

La revolución de Michael Collins, Guinness, y un poco de rock. Dublin (II)

Una vez fuera de la universidad "Trinity College" una explosión de sensaciones fantásticas recorre mi cuerpo al reconocer el "Banco de Irlanda" y la Oficina de Correos. Mi mente se traslada al son de la gaita irlandesa, a un Dublin diferente, el de Michael Collins (1916) basando mis recuerdos en el comienzo de la película protagonizada por Liam Neeson. El Banco de Irlanda es un edificio vistoso de estilo neoclásico con muchísima historia. Se edificó para dar vida al Parlamento irlandés antes de que se convirtiera en la sede principal del Banco.  Hoy, aún conserva la Cámara de los Lores y Cámara de los Comunes, esta última reformada.



Michael Collins fue un líder revolucionario irlandés que apoyó la independencia, labor que combinaba con el cargo de Ministro de Finanzas. Sin duda, desempeñó un papel fundamental en la historia de Irlanda. Otro edificio simbólico, situado en O´Connell Street, la arteria más importante de Dublin, es la Oficina de correos o General Post Office que, fue sede de los revolucionarios en el alzamiento de pascua.


En su fachada destaca el pórtico con columnas de estilo griego, aún se pueden distinguir los agujeros de bala, testigos de la revuelta. Me atrevo a sugerir que veáis esta película sencilla y de gran intensidad. A pesar de ser enjuiciada por algunos errores sobre la historia de la independencia, considero que en general ha tenido una buena crítica.

Hay un tercer edificio protagonista de la película, el Castillo de Dublin. Lo veremos más adelante, para no desviarme de la ruta y seguir por O´Connell Street concurrida de turistas y gente de la ciudad. Inevitable parada en la librería "Eason" en el número 40.  Y ahora, dicho eso, es sorprendente la cantidad de librerías que puedes encontrar en Dublin, me llamó la atención esta, por su tamaño y antigüedad.

No había hecho más que entrar por la puerta de esta impresionante librería, y las chispas en mis ojos se avivaron por un instante al ver tanta variedad de libros. Probablemente, si recorres sus cuatro plantas encontrarás algún libro, música o detalle curioso, incluso algún mapa más completo de la ciudad, en su kiosko de prensa. A mí me encantan los cuadernos o libretas de viaje, y en cada escapada es habitual comprar una o dos.


Otro aspecto a destacar de Dublin, es su cuna importante de grandes literatos. A pocos metros, en la esquina de O´Connell con Henry Street, se encuentra la estatua de James Joyce, escritor de libros muy conocidos, entre ellos "Ulises". ¡Qué me perdone James, pero a pesar de intentar leerlo en varias ocasiones, no he sido capaz de digerirlo! Si te apetece, al lado de la estatua, en la Cafetería Kylemore puedes desayunar o tomar un café acompañado por una muffin o magdalena. La primera vez que estuve, por el 2001, era un lugar más tranquilo, pero en los últimos años parece más frecuentado y cuesta encontrar un hueco donde sentarse.

Y justo en medio de O'Connell fluye "The Spire", este icono de acero con una altura de 120 metros  y forma de aguja, parece querer penetrar el cielo de Dublin. Sirve de punto de encuentro y de referencia para algún visitante despistado. La verdad, no encuentro mucho sentido a este "Monumento de la luz", aunque le da un contraste y un toque moderno a esta ciudad tan bonita  y antigua. No nos detuvimos mucho, y continuamos por Henry Street para curiosear por el mercado callejero "Moore Street" y de paso, comprar alguna fruta fresca en uno de sus puestos. 

Henry Street es una calle comercial bastante animada, impregnada de tiendas vistosas y restaurantes. Al ser amplia y peatonal, te permite pasear por ella sin mucha dificultad  a pesar del bullicio. Otro lugar encantador para dar un paseo, muy cerca de este punto de partida, es el famoso Ha'penny BridgePuente del Medio Penique. No destaca por su arquitectura pero, este pintoresco y pequeño puente de acero está situado sobre el río Liffey y se ha convertido en otro de los símbolos de Dublin desde 1816. Su curioso nombre se debe, no sólo a su forma,  parecida al canto de una moneda si no también a una tarifa de peaje que había que pagar para cruzar por el, al menos eso cuentan.


Hoy día es gratis,  y nos abre una puerta para invitarnos a descubrir una zona fascinante, uno de los barrios más emblemáticos y visitados de Dublin, Temple Bar. Logré percibir un punto de dinamismo carismático e inagotable en el ambiente, incluso ahora, unos años después, lo recuerdo muy auténtico y bohemio con su mezcla de colores, los típicos pub irlandeses, con tanta personalidad por dentro y por fuera. 


Para mí, uno de los mejores es el Oliver St. John Gogarty, en este pub puedes disfrutar de día y de noche, tanto de una comida irlandesa o de una cerveza. Como en la mayoría de estos locales, la música tradicional en vivo es uno de sus platos más calientes. Si eres amante de la tranquilidad, durarás poco tiempo pero, no te irás sin probar una buena pinta de "Guinness" o cualquier otra de las numerosas "cervezas irlandesas".


Esta zona tan popular y de calles estrechas es testigo de muchas despedidas de soltero/a, al estilo anglosajón,  en el que muchos jóvenes se disfrazan para celebrar el fin de la soltería.  Con estas "hen party" el espectáculo está garantizado. 


Sus paredes coloridas y curiosos rincones han dado testimonio de inigualables artistas, entre ellos, el inicio de cuatro amigos adolescentes y rockeros que, un buen día revolucionaron el mundo de la música....  ¿Sabéis quienes son estos jovencitos?.  Aún queda mucho que contar sobre esta magnífica ciudad fundada por vikingos, me reservo la tercera parte y os dejo con un video de ellos,  del concierto de U2, del año 1986 en Dublín:

 Live Dublin 1986 Self Aid, con Bono y sus amigos The Edge, Larry Mullen, Adam Clayton 
"The Dublin boys"


9 comentarios:

  1. Que bien lo cuentas BMartina, te has lucido con esta entrada en el blog. Me has hecho viajar hasta el mismo Dublín y estoy disfrutando de la Guinnes y de un concierto en uno de esos pubs. Un saludo. Angel

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    1. Gracias Angel, a mi también me han entrado ganas de volver! Me alegro de que te hayas sentido así!

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  2. Con una pinta de Guinness los pajarillos como uno cenan...Saludos.

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  3. Con ganas de hincarle el diente a esa capital. Se me resiste! Un post muy inspirador :)

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    1. No solo, no te arrepentirás de hincarle el diente, sino que saborearás cada rincón. ¡Gracias por tu comentario! ¡Nos leemos! ;-)))

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  4. No solo, no te arrepentirás de hincarle el diente, sino que saborearás cada rincón. ¡Gracias por tu comentario! ¡Nos leemos! ;-)))

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  5. Me gustó mucho tu post... Dublin es inolvidable.

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    1. Gracias, Enrique! Si que lo es!!! A ver si con suerte vuelvo el próximo año!

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