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domingo, 12 de octubre de 2014

Gran Canaria: Paisajes con sabor a vino. Bodega Las Tirajanas

Desde hace algún tiempo, ha aumentado mi curiosidad por el mundo del vino. Nos dejamos llevar por las recomendaciones de expertos, decidimos probar los vinos mejor calificados, pasando por alto los rincones vinícolas de nuestro entorno. Con este post, estoy a punto de iniciar un nuevo viaje que me permitirá explorar todas las posibilidades que ofrece la Denominación de Origen de Gran Canaria, y que mejor forma de hacerlo que descubrir sus bodegas.


Con dirección sur, nos adentramos en las medianías de la isla. Comienza un recorrido de contrastes de más de 60 km para llegar al municipio San Bartolomé de Tirajana.  Sopensando ventajas e inconvenientes, merece la pena un buen trayecto de curvas y encontrar la Bodega de Las Tirajanas. Nos recibe Desiree para darnos detalles sobre el proceso y la elaboración del vino en la bodega.


Coincidimos en nuestra visita con la llegada de una de sus protagonistas, la uva tinta canaria cultivada en espaldera y procedente de viñedos de laderas de suelo volcánico, situadas en parajes inigualables y a merced de los microclimas, lo que dificulta su recolecta. En la zona sur, más concretamente en La Caldera de Tirajana y Fataga, se concentran las uvas blancas.


Me permito aclarar que no soy experta en vino, más bien una aficionada. Continúa el paseo por esta sencilla bodega profundizando sobre el ciclo de vida del vino, rodeados de un aroma inconfundible. Desiree nos amplia información sobre las prácticas de cultivo en la isla, las fases por las que pasa la uva, y los aspectos enológicos más relevantes, antes de que el vino de Las Tirajanas pase a ser embotellado. 



Viñedos entre palmerales, laderas volcánicas, suelos áridos, arcillosos y la mano de un enólogo alemán, hacen posible la elaboración de ocho vinos con variedades de tintos, blancos y rosados.

Destacan los blancos con cinco vinos:

Le siguen dos clases tintos
Y el ultimo un joven vino, Las Tirajanas Rosado elaborado con uvas Listán negro.


Llega el momento más deseado, la cata de tres vinos y, me siento a degustar los elegidos, haciendo honor a Confucio y a mi naturaleza humana para disfrutar de la exquisitez que caracteriza al Tinto Barrica, a dos vinos blancos Verijadiego y Blanco, perfectamente acompañados con pan de la zona, Aceite de La Caldera de Tirajana, aceitunas con mojo y queso artesano.


Entre irresistibles aromas afrutados, notas cítricas y sabores intensos, no queda más remedio que decir adiós a esta grata experiencia, no sin antes pasar por "La Tiendita" de la Bodega para adquirir alguno de los caldos y otros productos de la tierra como aceite y aceitunas.


Termino este post con una imagen de un paisaje singular, una vista excepcional del Barranco de Fataga. Si algún día pasas por aquí, lo podrás apreciar desde el Mirador "Degollada de las Yeguas".

Y como dijo Euripides....

"Donde no hay vino, no hay amor"

4 comentarios:

  1. Que buena pinta!! con lo que me gusta a mi el vino, seguro que la cata fue una maravilla y muy bien acompañada. Un beso

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    1. Ya somos dos! Siiii, la cata fue genial y tengo otra reciente que aún no he tenido tiempo de contar... En breve!! Besos

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  2. las fotos hablan por si solas...muy bien

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